Violonchelista, compositor y director nacido el 29 de diciembre de 1876 en el pueblo del Vendrell, Cataluña.
A la edad de cinco años ingresó al coro de l’escolania y a los seis escribió una mazurca dedicada a su padre, quien también era músico. Decidió aprender violonchelo luego de escuchar un concierto de un profesor de este instrumento de l’Escola municipal de Música.
A los doce años, va a Barcelona a estudiar en l’Escola municipal de Música y un año después, da su primer concierto en un café, al que asistieron Isaac Albéniz, Fernández Arbós y Rubió.
En 1893 se traslada a Madrid junto con su madre y sus hermanos. Llega recomendado por Isaac Albéniz al Palacio Real, donde interpreta su obra “Quartet” y recibe la Cruz de Isabel la Católica y una pensión mensual para estudiar en Bruselas.
Regresa a Barcelona en 1896 para ocupar el puesto de primer violinchelo en el Gran Teatre del Liceo y se convierte en profesor en la Escuela de Música.
En 1899, forma un trío con Cortot y Thibaud con el cual recorre varios países y forma la Orquesta Pau Casals en el año de 1920, con la cual da un concierto en apoyo a los niños de la República en 1938. Fundaron además la Escuela Normal de París en 1919, donde Casals realizó la mayoría de clases magistrales a chelistas que llegaban de todas partes del mundo.
En el año de 1939 recibe el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Barcelona y en el año de 1945, su momento de mayor popularidad, decide dejar de tocar en solidaridad con su pueblo y en contra de la dictadura en España.
Actuó para la ONU en tres ocasiones: La primera en 1958, en la que también dio un discurso por el cual fue nominado al Premio Nobel de la Paz, la segunda en 1963, cuando dirige su obra “El pesebre” y cuando recibe la Medalla de la Libertad de EEUU por parte del presidente J. F Kennedy, y luego en 1971 dirige el Himno de las Naciones Unidas escrito por él y recibe la Medalla de la Paz de la ONU.
El 22 de Octubre de 1973 fallece en San Juan de Puerto Rico, tierra natal de su madre y donde vivía con su esposa.
Aportes a la técnica chelística:
Casals marcó una importante transformación en la técnica del violonchelo. Anteriormente los estudiantes debían sujetar un libro debajo del brazo derecho, logrando así que el movimiento fuera mínimo y el tono no variara. Desde sus primeras lecciones, Casals se reveló y liberó la actuación del arco sobre las cuerdas creando así diferentes timbres con determinadas secciones del mismo. No era necesario que el arco viajara por toda su extensión, al separarlo delicadamente de las cuerdas, se lograba una mejor calidad tonal y se hacía énfasis en la esencia musical. En la digitación, la mano no se despegaba del diapasón, generando así un continuo glissando entre las notas. Cambió esta usanza por un desplazamiento percutido que detenía la cuerda inmediatamente, evitando el sonido transitorio entre cada intervalo e independizando también los dedos en el vibrato. Reconoció que la afinación estaba determinada por la armonía, obteniendo así que el sonido fuera más limpio y definido. El vigor rítmico, las variables en la acentuación y los ataques decisivos, junto con la expresividad que convertía el glissando en una herramienta tanto técnica como estética, definió visiblemente el concepto de “estilo” (Gutmann, 2015). Profundizó el concepto de los matices, los acentos y las dinámicas, siempre en función de la naturalidad en la interpretación (Campbell, 1999).
En un fragmento de una entrevista que Emil Ludwig le hizo al violonchelista a sus setenta años de edad, registrada en el libro Galería de retratos (1960), Casals le dice: “Creo en el valor del ejemplo y de la palabra mucho más que en el del texto impreso. Por eso no he querido publicar ningún método de violonchelo, dejando a mis discípulos el cuidado de transmitir mi tradición”. Sin embargo, el director de orquesta y musicólogo David Blum escribió un libro titulado Casals y el arte de la interpretación (1980), en donde a través de una serie de capítulos como “Encontrar el diseño”, “Dicción para instrumentistas” o “Ideas para instrumentistas de cuerda”, hace un minucioso análisis de la concepción que tenía Casals acerca de la verdad musical, fundamentado tanto en su interpretación como en sus clases magistrales y ensayos de orquesta cuando se desempeñaba como director.
En aquella entrevista, Casals afirma también que Bach es la base de todo y es gracias a un evento afortunado durante su adolescencia cuando descubre casualmente las partituras de las seis Suites para violonchelo solo y a un trabajo personal de análisis y de interpretación que tomó aproximadamente doce años para realizar una ejecución íntegra, que la escuela de este instrumento comienza a fundamentar su proceso técnico e interpretativo en esta obra musical (Corredor, 1985).
Bibliografía: The Great Cellists - Margaret Campbell
Pablo Casals cuenta su vida - Josep María Corredor
Autores: Sebastián Pachón, María Angélica Trujillo
A la edad de cinco años ingresó al coro de l’escolania y a los seis escribió una mazurca dedicada a su padre, quien también era músico. Decidió aprender violonchelo luego de escuchar un concierto de un profesor de este instrumento de l’Escola municipal de Música.
A los doce años, va a Barcelona a estudiar en l’Escola municipal de Música y un año después, da su primer concierto en un café, al que asistieron Isaac Albéniz, Fernández Arbós y Rubió.
En 1893 se traslada a Madrid junto con su madre y sus hermanos. Llega recomendado por Isaac Albéniz al Palacio Real, donde interpreta su obra “Quartet” y recibe la Cruz de Isabel la Católica y una pensión mensual para estudiar en Bruselas.
Regresa a Barcelona en 1896 para ocupar el puesto de primer violinchelo en el Gran Teatre del Liceo y se convierte en profesor en la Escuela de Música.
En 1899, forma un trío con Cortot y Thibaud con el cual recorre varios países y forma la Orquesta Pau Casals en el año de 1920, con la cual da un concierto en apoyo a los niños de la República en 1938. Fundaron además la Escuela Normal de París en 1919, donde Casals realizó la mayoría de clases magistrales a chelistas que llegaban de todas partes del mundo.
En el año de 1939 recibe el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Barcelona y en el año de 1945, su momento de mayor popularidad, decide dejar de tocar en solidaridad con su pueblo y en contra de la dictadura en España.
Actuó para la ONU en tres ocasiones: La primera en 1958, en la que también dio un discurso por el cual fue nominado al Premio Nobel de la Paz, la segunda en 1963, cuando dirige su obra “El pesebre” y cuando recibe la Medalla de la Libertad de EEUU por parte del presidente J. F Kennedy, y luego en 1971 dirige el Himno de las Naciones Unidas escrito por él y recibe la Medalla de la Paz de la ONU.
El 22 de Octubre de 1973 fallece en San Juan de Puerto Rico, tierra natal de su madre y donde vivía con su esposa.
Aportes a la técnica chelística:
Casals marcó una importante transformación en la técnica del violonchelo. Anteriormente los estudiantes debían sujetar un libro debajo del brazo derecho, logrando así que el movimiento fuera mínimo y el tono no variara. Desde sus primeras lecciones, Casals se reveló y liberó la actuación del arco sobre las cuerdas creando así diferentes timbres con determinadas secciones del mismo. No era necesario que el arco viajara por toda su extensión, al separarlo delicadamente de las cuerdas, se lograba una mejor calidad tonal y se hacía énfasis en la esencia musical. En la digitación, la mano no se despegaba del diapasón, generando así un continuo glissando entre las notas. Cambió esta usanza por un desplazamiento percutido que detenía la cuerda inmediatamente, evitando el sonido transitorio entre cada intervalo e independizando también los dedos en el vibrato. Reconoció que la afinación estaba determinada por la armonía, obteniendo así que el sonido fuera más limpio y definido. El vigor rítmico, las variables en la acentuación y los ataques decisivos, junto con la expresividad que convertía el glissando en una herramienta tanto técnica como estética, definió visiblemente el concepto de “estilo” (Gutmann, 2015). Profundizó el concepto de los matices, los acentos y las dinámicas, siempre en función de la naturalidad en la interpretación (Campbell, 1999).
En un fragmento de una entrevista que Emil Ludwig le hizo al violonchelista a sus setenta años de edad, registrada en el libro Galería de retratos (1960), Casals le dice: “Creo en el valor del ejemplo y de la palabra mucho más que en el del texto impreso. Por eso no he querido publicar ningún método de violonchelo, dejando a mis discípulos el cuidado de transmitir mi tradición”. Sin embargo, el director de orquesta y musicólogo David Blum escribió un libro titulado Casals y el arte de la interpretación (1980), en donde a través de una serie de capítulos como “Encontrar el diseño”, “Dicción para instrumentistas” o “Ideas para instrumentistas de cuerda”, hace un minucioso análisis de la concepción que tenía Casals acerca de la verdad musical, fundamentado tanto en su interpretación como en sus clases magistrales y ensayos de orquesta cuando se desempeñaba como director.
En aquella entrevista, Casals afirma también que Bach es la base de todo y es gracias a un evento afortunado durante su adolescencia cuando descubre casualmente las partituras de las seis Suites para violonchelo solo y a un trabajo personal de análisis y de interpretación que tomó aproximadamente doce años para realizar una ejecución íntegra, que la escuela de este instrumento comienza a fundamentar su proceso técnico e interpretativo en esta obra musical (Corredor, 1985).
Bibliografía: The Great Cellists - Margaret Campbell
Pablo Casals cuenta su vida - Josep María Corredor
Autores: Sebastián Pachón, María Angélica Trujillo